sábado, 2 de febrero de 2013

When will I see you again?


Hoy ha llegado el día al que todo llevamos temiendo desde que decidimos ser alguien en la vida. Te toca a ti ser el que abre la veda de la nueva vida que, prácticamente, nos hemos visto obligados  a buscar.
Quiero que sepas que no te imaginas lo mucho que admiro el valor que muestras al hacer esto en este preciso momento. Como persona planificadora que sabes que soy, siempre he dicho que si hay que “viajar” es mejor hacerlo sin mucho equipaje del que tirar. Pero eso es muy fácil decirlo cuando no hay equipaje alguno. Tú sin embargo, aún dejando a muchas personas aquí, incluyendo a esa persona especial, a esa gran “maleta”, has tenido la determinación de saber decidir cuál es tu momento de marchar y, por consiguiente, hacerlo. Sinceramente, por mucho que hable y aparente, realmente no sé si sería capaz de hacerlo. Y te admiro y envidio por tener esa fuerza de voluntad para hacerlo, aunque no quiera ni mucho menos que te vayas. Creo que, después de todo, has madurado en gran parte y me alegro mucho de ello, porque a lo largo del tiempo necesitaras esa determinación.
No eres consciente de lo agradecida que estoy de haber conocido a alguien como tú. A estas alturas empiezo a creer que no sé expresar lo que realmente siento, a pesar de que lo intente triste y cobardemente por escrito.
Jamás, y cuando digo jamás te aseguro que es jamás, nadie me había cuidado y querido como tú. Nunca me había sentido tan querida por alguien. Nunca olvidaré el día que pasaste cuidándome; significó mucho para mí y no creo que pueda borrarlo de mi mente. Me sentí muy protegida y querida y desde hace algún tiempo no me sentía tan bien. A consecuencia de ello, mi comportamiento contigo ha sido inversamente proporcional al que correspondía porque, y voy escribirlo y decirlo por primera vez, no sé reaccionar ante esa muestra de cariño. Sé que sueno como si me hubieran maltratado anteriormente (drama-time) pero siempre he dicho que reacciono medianamente mejor ante lo malo y cuando me cruzo con personas como tú me bloqueo. Y eso, como ya te dije una vez, no es para nada justo. Prometo intentar cambiarlo y lo haré, en primera instancia, por ti. No creo que haya alguien que se lo merezca más que tu.

Te deseo todo lo mejor porque si hay alguien que se lo merece ése eres tú. Por favor, piensa bien las cosas, ten cuidado y sobretodo, vuelve, cuando sea y cómo sea, pero vuelve, aunque sólo sea para recordarme lo nerviosa que me pone tu respiración o hablar con la “boquita pequeñica chiquitica”. Yo estaré aquí, esperándote.
Te quiero muchísimo.

Fmdo. SSMM Princesa Tahtina soy, ¡dín!

P.D. Como todo en mi vida, tú y tu ida tenéis una banda sonora y no podía ser otra que “Don’t you remember”. Es y será tu-mi-nuestra canción. Espero que te acuerdes de mi cuando la escuches tanto como yo me lo haré.




C.